miércoles, 3 de diciembre de 2008

Succionadores



El succionador no suele ser tan promocionado como otro tipo de juguetes eróticos: vibradores, dildos, vaginas etc. Su apariencia es más de un aparato de laboratorio que un juguete erótico y no atrae sin embargo, hay pocas cosas más placenteras para las zonas erógenas que estos artefactos capaces de chupar lo que se les ponga por delante.


Los succionadores más populares son, sin duda, los de pene, que se inventaron y empezaron a comercializarse a principios del siglo XX. Gracias a su apoteósico éxito, pronto se desarrollaron nuevos prototipos para la vagina, el clítoris o los pezones. En la actualidad existen succionadores de muchos tipos, pero todos funcionan de la misma forma: aplicados en la zona del cuerpo elegida, la estimulan haciendo un efecto de vacío mediante la succión.


Podríamos hacer una clasificación con cuatro tipos fundamentales de succionadores: el "squezee ball", que funciona accionando una pera como la que usan los médicos para tomar la tensión. El "plunger", que se usa como un inflador de ruedas de bicicleta. El "hand grip", que chupetea de forma manual. Y, por último, el "electric pump", que va a pilas o con corriente y permite regular la velocidad con un interruptor y disfrutar sin casi usar las manos.


Los succionadores para el pene, que en inglés se llaman " Penis Pumps ", son usados por multitud de hombres para masturbarse y también para conseguir potentes erecciones y preparar su miembro viril para la cópula, ya que el vacío hace que la sangre se concentre en el pene y éste se convierta en una roca.


Según dicen los fabricantes de Penis Pumps, estos aparatos son eficaces en un 99% de los casos, siempre que se utilicen adecuadamente. Algunos están dotados con un regulador de múltiples velocidades y unos labios de látex en la base: los que lo han probado dicen que la sensación es muy parecida a una felación humana bien hecha.


Existe una amplia gama de succionadores de pene en el mercado, fabricados en materiales como plástico o cristal, de diferentes precios. Algunos de ellos, más orientados a la masturbación, tienen vibrador incorporado, otros simplemente succionan, que no es poco.


Sin embargo, los médicos y sexólogos advierten que no se debe abusar de los succionadores: un uso excesivo puede romper capilares y venas del pene y causar daños irreversibles en el mismo. El juguete debe ser utilizado con cautela, poco a poco, y durante un tiempo no superior a los 20 minutos… o atenerse a las consecuencias.




En cuanto a los succionadores vaginales la variedad es menor, ya que por regla general las mujeres prefieren estimuladores de clítoris o vibradores con forma fálica.


El succionador con pera manual, succiona la vagina tan bien como el más experto amante, llevando a su dueña más allá de las fronteras del multiorgasmo y aumentando el tamaño, la lubricación y la sensibilidad de la vulva, que acaba convertida en una cosa roja e inflamada.


Amén de decenas de succionadores de variopintas formas y distintos tamaños para la vagina, hay pumps para las tetas (que funcionan básicamente como los del pene, aumentando el tamaño y el placer a la vez), para los pezones, para el ombligo, para el clítoris, para las nalgas e incluso para la lengua.



Incluso han surgido híbridos que mezclan distintas funciones en un sólo artefacto, el cuál "penetra como un hombre, chupa como una mujer y vibra como un consolador". Tres funciones distintas para un succionador verdadero y definitivo, sólo para mujeres que anden buscando nuevas y extraordinarias sensaciones.


Los fans de los succionadores tienen todo un subgénero pornográfico consagrado a su peculiar obsesión, con cientos de productoras de fotografías y películas, revistas y webs dedicada a divulgar y fomentar el uso y abuso de los succionadores femeninos, que son probados por sus modelos ante las cámaras. "Un conejito succionado se pone todo mojado" es su lema.


Esto de los succionadores es una auténtica dimensión paralela en la que las zonas erógenas, siempre hiperexcitadas, alteradas y fundidas con los pumpers, se transforman en auténticas máquinas de placer al servicio de la nueva carne.


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