martes, 2 de diciembre de 2008

Cómo comerte una vagina



Una queja general de las mujeres es que "Todos los hombres saben meterla pero muy pocos te llevan al séptimo cielo usando su lengua".

Según dicen, las lesbianas lo comen algo mejor: ellas también tienen vagina y saben cómo funciona.

Acá unas instrucciones, válidas para devoradores de vaginas tanto sean hombres como mujeres, practícala y tu amante te dirá cuán diferente fue esta vez.


Lo primero que hay que hacer antes de empezar a chupar es ganarse al resto del cuerpo de la dueña de la vagina. Una mujer no es como un hombre, no se puede ir directamente al grano, hay que acariciar toda su anatomía, mimarla, darle mucha coba y, cuando por fin se llega a la vagina, decirle lo bonita que es y mostrar mediante gestos y exclamaciones cómo la deseas.


-Antes de nada, coloca a la chica en una postura cómoda, mejor boca arriba o sentada en una cama o sofá mullido, tumbada, rodeada de cojines, que se sienta la reina. Entonces, ya puedes abrirla de piernas y empezar a piropear su conejito y decirle lo bien que huele y lo maravilloso que es. Aunque sea verdad. Hasta las más deslumbrantes top models tienen ahí su talón de Aquiles y suelen albergar dudas sobre la estética de sus labios mayores y menores.


-Mientras acaricias suavemente sus muslos y su vulva, sigue hablando de su entrepierna, de lo suavita que está y de lo caliente que te está poniendo. Ella se irá derritiendo poco a poco con tus palabras y tocamientos. Trabaja bien su ombligo, su vientre y la hipersensible parte interna de sus muslos; manoséala, bésala, lámela, escribe su nombre con la punta de la lengua. Lame también las ingles, bordea el coño pero no lo toques todavía (aún hay más). De vez en cuando, eso sí, roza un instante su vello púbico. Hazte de rogar y ella te acabará suplicando que se lo chupes.


-Efectivamente, ahora ella te ruega que se lo comas. Picotea sus labios vaginales, huélelos, dale suaves golpecitos con la lengua, acarícialos con la nariz o con los labios pero no seas fuguilla y no empieces a chupar a machamartillo; ten un poco de paciencia y prepárala bien: una vagina no es un pene y no se puede meter en la boca de buenas a primeras. Si a ella le apetece y le excita, incluso le puedes afeitar el vello púbico con mucho cuidado. El caso es ir estimulando la zona poco a poco para que se vaya mojando y excitando.


-Nota importante: si eres un hombre y no precisamente barbilampiño, aféitate o, si no, come con cuidado, sin rozar con la lija de tu cara, pedazo de animal. Un arañazo de barba de uno, dos o más días en la hipersensible piel de la vagina puede hacer bastante pupa. Ahora, si tienes barba y/o bigote poblados, te pueden servir de ayuda para estimular la zona, que puede ser "cepillada" con sumo cuidado.


-En cuanto al sexo seguro en el cunnilingus, existen profilácticos vaginales, aunque son un engorro. Así que lo mejor es que tanto la persona que da como la que recibe la felación tengan su historial clínico en regla, si no quieren intercambiar enfermedades como la gonorrea, la sífilis, la hepatitis B o el herpes, entre otras.


-Cuando el coño esté bien precalentado, ya puedes empezar a chupar los labios superiores, primero besándolos suavemente durante un rato y luego morreándolos como si fueran una boca, dándoles con la lengua pero sin penetrarlos todavía. Ahora apártalos. Ahí verás los labios inferiores, que son más sensibles y también necesitan una ración de lengua, pero más delicada. Afila la punta y tómate tu tiempo...


-Poco a poco, profundiza con tu sinhueso en la vulva o, hablando en plata, fóllala con la lengua, pero siempre con tacto y delicadeza. No olvides insistir y decirle una y otra vez lo buena que está su vagina y lo buena que está ella. Nadie se cansa de recibir flores.


-Nunca soples con fuerza en el interior de la vagina. Por una brisilla de aire no pasa nada, pero si soplas a lo bestia puede ser muy peligroso, ya que el aire podría entrar en el torrente sanguíneo y provocarle una embolia a la señora o señorita.


-El culo y el perineo también existen. De vez en cuando, no pasa nada si desvías la boca hacia esas zonas y les das su dosis de placer. Todo eso nos ayudará a llegar a nuestro objetivo: el multiorgasmo.


-Ojo: nunca toques un clítoris con la manaza seca, ya que podrían quedarse pegados y producir dolor al ser retirados: si has de tocarlo (cosa no siempre necesaria) humedécete los dedos, que la saliva es gratis.


-Chupar un clítoris es complicado porque cada uno es un mundo. Los hay más y menos grandes, más o menos sensibles y más o menos tímidos. Así que aquí tienes que pedir la colaboración de su dueña. Que abra la boca para algo más que gemir y suspirar y te diga si le gusta, dónde le gusta y cómo le gusta o, mejor, que te guíe ella misma con su manita inocente.


-Ahora que ya conoces los gustos de la dama, agárrala bien por las piernas, abriéndolas, y chupa su clítoris, juguetea con él sobre la piel que lo recubre. Aunque cada vulva es de su padre y de su madre, muchas chicas prefieren que se les aplique sobre el clítoris la (más acogedora) lengua abierta y relajada que la puntita tensa, así que prueba así a ver qué le gusta más. Cuando encuentres el punto y el ritmo ideales, tírate un buen rato comiendo clítoris, siguiendo el ritmo de su cuerpo, prestando atención a sus reacciones y orgasmos, fundiendo la cabeza con su coño. Déjate llevar por tu instinto animal y por las reacciones de tu compañera.


-Si se tercia, mientras chupas clítoris masajéala y penétrala con los dedos o con un consolador. Si lo haces con los dedos, mete uno, dos o tres, dependiendo del tamaño del coño (la mayoría piden dos). Asegúrate que se deslicen bien y haz un mete-saca con ritmo constante, pero sin dejar de chupar. Infinidad de mujeres disfrutan más con esta combinación bucodigital que con el pene más gordo del mundo. Tal vez empieces a notar las primeras contracciones orgásmicas.


-Si te apetece y le apetece, también puedes meterle un dedo en el culo muy bien lubricado. Con ciertas mujeres, es mano de santo. Entretanto, no dejes de gemir, hacer "mmmmm" y decir cuánto te gusta su entrepierna y sus aledaños.


-Nota importante: no dejes de chupar, ni abandones el ritmo, hasta que ella te lo pida. Muchas mujeres se quedan a medias porque la cabeza que tienen entre las piernas se cansa o se aburre de chupar. Tu insiste y sigue lamiendo, disfruta del acto, bucea bien y no pares, sigue, sigue...


-Ahora que estáis los dos a cien puedes improvisar y hacer lo que te dicte el instinto, sobar también las tetas, retorcer a la chica, levantarla, pero siempre sin separar demasiado la boca del coñito. Sí, ya sé que se ha corrido un par de veces, pero te recuerdo que no es un hombre que se derrumba tras una eyaculación y necesita recargar pilas. Puede que una mujer quiera correrse 40 veces o tal vez tenga un multiorgasmo cuya duración aumentará si lo alargas moviendo tu lengua en la parte baja del clítoris.


-Cuando ella se quede satisfecha, exhausta, cuando caiga rendida después de un buen puñado de orgasmos, no sólo estará eternamente agradecida y enganchada a ti, sino también deseosa de complacerte en todo lo que le pidas, de devolverte todo el placer que le has dado. Aprovecha y disfruta con ella, ahora su cuerpo está relajado, lubricado y caliente. Dispuesto a todo...


-Si este profundo y húmedo artículo aún te deja con dudas, hazte con una buena guía de campo. Una de las mejores es
The ultimate guide to cunnilingus: How to go down on a woman and give her exquisite pleasure de la eminente editora, escritora y educadora sexual Violet Blue.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ESTAS PERFECTAMIENTE EN SINTONIA CON LO Q ES BAJARSE EN UNA MUJER, NOMAS DE IMAGINAR TODO LO Q ESCRIBES ME DAN GANAS DE CONOCERTE.